En días como hoy, donde el viento sopla un poco, tengo que dar gracias a Emuvyssa por esa gran decisión que fue poner marquesinas metálicas de chapa medio sueltas, en lugar de persianas, en la fachada. Su vibración y golpeteo constante no son más que un dulce cántico entonado por ángeles celestiales, que trae la inspiración a esta nuestra comunidad.
Y qué decir de su capacidad para quedarse fijas aunque quieras moverlas, impagable.
Enhorabuena a Emuvyssa y al arquitecto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario